lunes, 26 de abril de 2010


HACIENDO MEMORIA



"Espían todas las comunicaciones de la Argentina"

________________________________________ ENTREVISTA: DUNCAN CAMPBELL El periodista e historiador escocés que denunció ante el Parlamento Europeo la red de espionaje satelital Echelon asegura que hay cuatro bases que controlan a nuestro país. Como opera el sistema El sistema Echelon es una inmensa red de espionaje que, utilizando más de 120 satélites y gigantescas redes de computadoras, intercepta millones de llamadas telefónicas, e-mails y faxes en todo el mundo. Este sistema fue desarrollado con propósitos defensivos a principios de la década del 70, en plena Guerra Fría, por los servicios de inteligencia estadounidense, británico, canadiense, australiano y neocelandés. Después de la caída del Muro de Berlín y del colapso de la Unión Soviética, Echelon comenzó a ser utilizado para el espionaje industrial. ¿Cómo opera Echelon? Los satélites espías recolectan una inmensa cantidad de mensajes y las remiten a las antenas parabólicas que, a su vez, las reenvían a computadoras que buscan en los mensajes palabras clave. Los despachos seleccionados son sometidos a un nuevo proceso de selección en las agencias de espionaje para detectar datos de interés. ________________________________________ Nuevos elementos se suman al escándalo internacional desatado por las denuncias sobre Echelon, una red de vigilancia global de las telecomunicaciones en la que se involucra a los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, Gran Bretaña; Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Desde estos dos últimos países se interceptaron las comunicaciones argentinas durante la guerra de Malvinas, según las declaraciones que hace ahora a Clarín el hombre que el miércoles dio al Parlamento Europeo las evidencias más contundentes sobre las actividades de Echelon. Las comunicaciones latinoamericanas son sistemáticamente monitoreadas desde cuatro bases de intercepción, y también Europa nos espía, revela en esta entrevista exclusiva el escocés Duncan Campbell, periodista de investigación, consultor del Parlamento Europeo en materia de inteligencia y comunicaciones y actualmente el más renombrado experto en política electrónica. -Usted dijo que la NSA National Security Agency tendría acceso a toda la información confidencial de México. ¿Qué pasa con la Argentina? -Buena parte de las comunicaciones mexicanas pasan a los Estados Unidos de manera directa, de modo que no hace falta ninguna estación especial para interceptarlas. Ese no es el caso de la Argentina. Las comunicaciones argentinas o latinoamericanas son interceptadas y monitoreadas sobre todo cuando se realizan vía satélite. Con ese propósito, los Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña tienen bases de intercepción satelital que pueden recibir esas comunicaciones y procesarlas en el sistema Echelon. -Se habla de que hay dos bases que interceptan las comunicaciones del sur de América. ¿Es verdad? Son cuatro bases: Puerto Rico, Canadá (cerca de Ottawa), Estados Unidos (cerca de Washington) y la cuarta está en el sur de Inglaterra. -También se dice que la red Echelon espió a la Argentina durante la Guerra del Atlántico sur. ¿Qué sabe usted al respecto? -Había bases en Australia y Nueva Zelanda que se utilizaron para monitorear las comunicaciones argentinas y transmitirlas a estaciones de escucha británicas. Me parece un asunto verdaderamente lamentable, algo muy estúpido. A decir verdad, sin embargo, a ningún país que esté en guerra debería sorprenderle que se espíen sus comunicaciones. Sí, por supuesto: Gran Bretaña y sus aliados lo hicieron. Creo que es más importante destacar el hecho de que los países que no se encuentran en guerra -como es ahora el caso de Gran Bretaña y Argentina- continúen espiando o siendo espiados. -Se habla de un sitio de colección de comunicaciones satelitales en Kourou, Guyaña, que espía a Sudamérica. Usted no lo menciona entre las bases de Echelon. -Hay una base sobre la que informaron periodistas franceses y estaría ubicada en Kourou. Creo que su objetivo principal es América del Norte. Si esa base existe está dirigida por los franceses y su principal objetivo son los Estados Unidos. De todos modos, como estaría ubicada en Guyana, tiene posibilidades de monitorear también las comunicaciones sudamericanas. Yo creo que es probable que las comunicaciones brasileñas y argentinas sean interceptadas por franceses y alemanes, pero no lo sé con certeza. De todos modos, esa base no forma parte de Eehelon. Pertenece a Francia y Alemania. -Usted dijo que Microsoft colaboró con Echelon. Microsoft lo niega. ¿Usted lo sigue sosteniendo? -¡No pueden negarlo! El browser (navegador de Internet) de Microsoft fue modificado en la versión que se distribuye al exterior. Y eso no es ningún secreto: si usted no es ciudadano de los Estados Unidos, es posible vulnerar la seguridad de su browser. Y eso fue lo que se hizo en los sistemas de la NSA, de modo que Microsoft no puede negarlo. Prácticamente lo admitieron. Dijeron que se había hecho para cumplir con las regulaciones de exportación de los Estados Unidos, y éstas exigen que, si algo sale de los Estados Unidos, la NSA pueda escucharlo. -El informe presentado al Parlamento Europeo acusa también a IBM -En lo que respecta al Lotus Notes (el programa de correo electrónico de IBM), la criptografía (N. de la R.: las normas para codificar comunicaciones y asegurar su privacidad) del sistema se hizo más débil cuando se lo vendió al exterior, o sea a compradores no estadounidenses. -¿Hubo alguna respuesta? -Lotus, que es la subsidiaria de IBM involucrada, hizo una serie de declaraciones. Básicamente, lo que dijeron fue que nunca lo habían ocultado. Y yo respondo: "Yo no digo que fuera un secreto, lo que digo es que esto se hizo". La posición de IBM es que ellos no hicieron un secreto de esto. El hecho es que cuando se convirtió en un tema polémico, la documentación se retiró de la librerías y de Internet. De modo que sí lo mantuvieron un poco en secreto. Sin embargo, a mí no me interesa si era un secreto chico o grande. El punto es que lo hicieron. -¿Cómo se explica que, después de todo lo informado al Parlamento Europeo, Echelon continúe actuando sin problemas? -Se explica por el hecho de que las organizaciones de inteligencia involucradas son extremadamente poderosas, extremadamente bien establecidas, y han persuadido a los líderes políticos de que tener la posibilidad de espiar a otros políticos es algo que vale la pena. -Pero Europa tiene información sobre Echelon desde hace al menos dos años. ¿No le parece que la reacción europea es lenta y no lo suficientemente enérgica? -A decir verdad, yo denuncié el sistema Echelon por primera vez hace doce años, en 1988. En aquel momento, los medios no le prestaron ninguna atención. Seis años después se publicó el libro en Nueva Zelanda ("Secret Power: New Zealand's Role in the International Spy Network", de Nicky Hager) y la gente empezó a prestarle cada vez más atención. A los políticos y a los gobiernos les llevó mucho tiempo comprender qué es lo que en realidad está pasando. -Según información reciente, el papa Juan Pablo II fue otro de los objetivos de Echelon. ¿Qué sabe de esto y cuál es su opinión? -En la década del ochenta, la posición de la Iglesia Católica Romana en Europa y en todo el mundo sobre el desarme nuclear y las negociaciones de paz era un factor muy importante para la opinión pública mundial. La inteligencia británica y estadounidense querían estar al tanto de las conversaciones que mantenían entre sí el Papa y los cardenales sobre estos temas. -Entonces no sólo estamo hablando de espionaje industrial. -No, es político. -Pero hasta ahora sólo se hablaba de espionaje industrial. -Yo no. Se espía con fines militares, con fines políticos, con fines económicos. CLARIN - lunes 6 de marzo de 2000