miércoles, 4 de agosto de 2010

AULA SOLCOYM


LECCIÓN N° 7




(NO PERDAMOS LA

MEMORIA)

EL RESPALDO DE

PINOCHET A 


LONDRES 


DURANTE LA GUERRA DE

LAS MALVINAS

Como fue el apoyo chileno
Chile dio en 1982 ayuda de inteligencia a los ingleses. También permitió vuelos de vigilancia de aviones británicos

Nota editada por el diario CLARIN el viernes 23 de octubre de 1998
MEMORIA por LUIS GARASINO de la redacción de Clarín

Durante la guerra de Malvinas de 1982 las fuerzas armadas chilenas dieron apoyo de inteligencia a los británicos y realizaron desplazamientos navales y terrestres para distraer a la conducción militar argentina. También otorgaron cobertura a una fuerza especial británica tras un frustrado ataque a la base aeronaval de Río Grande.
El decisivo apoyo de la dictadura chilena a la flota británica durante la guerra fue confirmado por expertos y fuentes militares argentinas consultadas por Clarín.
Sus conclusiones amplían las declaraciones de ayer de la ex primera ministra Margaret Tatcher y del ex jefe de las fuerzas terrestres británicas en la guerra, general Jeremy Moore, sobre el respaldo que el ex dictador Augusto Pinochet les dio.
La más reciente investigación sobre ese respaldo la hizo el ex diputado conservador inglés Rupert Allason en su libro " La guerra secreta por las Malvinas", "Es casi imposible tener una visión global del conflicto si no se tiene en cuenta el rol vital que jugó Santiago de Chile", sostuvo.
En sintonía con la posición de Allason, fuentes militares argentinas recordaron que desde que se inició el conflicto, el régimen de Pinochet -todavía envuelto en la disputa por el canal de Beagle que en 1978 estuvo por provocar una guerra entre ambos países- tomó dos medidas destinadas a ejercer presión sobre Buenos Aires.
Por un lado, a comienzos de abril, Chile desplazó su flota de mar desde su apostadero de Valparaíso con rumbo al sur, pero con destino desconocido y manteniendo riguroso silencio de radio. Lo habría hecho por sugerencia de los ingleses, que necesitaban que la Argentina distrajera recursos militares.
Por otro lado, desplegó su reserva estratégica terrestre, unos 20.000 hombres, de la zona de Santiago hacia la región limítrofe con Río Negro y Neuquén. Este movimiento obligó a la conducción militar argentina a inmovilizar a las Brigadas VIII de Infantería de Montaña de Mendoza y a la VI de Neuquén. y demoró el despliegue de la IV Aerotransportada de Córdoba hacia el sur. "Casualmente esas eran las unidades mejor preparadas del Ejército Argentino para operar en Malvinas", recordaron las fuentes militares.
Por otra parte, Pinochet autorizó que aviones Canberra de reconocimiento aerofotográfico y Hércules equipados para inteligencia electrónica, de la real fuerza aérea (RAF, en inglés) operasen desde Punta Arenas con insignias chilenas y tripulaciones británicas. Esos aviones realizaron un "barrido" electrónico y fotográfico de las bases aéreas argentinas desde donde se lanzaban los ataques contra la flota británica.
En su libro, Allason afirmó que muchos oficiales chilenos se sorprendieron al encontrar gente que vestía su mismo uniforme y se apellidaba "Gonzalez" o "García", pero que no hablaban una palabra de castellano, o al ver un Hércules británico que ostentaba orgullosamente la leyendo "Fuerza Aérea de Chile" (sic).
La tarea de los aviones británicos que sobrevolaban la cordillera se complementaba con la acción de espías chilenos que informaban sistemáticamente sobre los vuelos de nuestros aviones.
El operativo de apoyo incluía también los radares chilenos, que mantenían una estrecha vigilancia sobre los aeródromos argentinos. Paralelamente, las estaciones de comunicaciones seguían los intercambios radiales argentinos y "en muchas ocasiones los interferían sistemáticamente", subrayaron las fuentes militares.
Pero el punto culminante de esta cooperación chileno-británica fue una frustrada incursión del SAS (Fuerzas Especiales inglesas) que debían aterrizar sorpresivamente en dos Hércules en el aeropuerto de Río Grande. Una vez allí, unos 60 efectivos destruirían los aviones Superetendard de la Armada, sus misiles Exocet y eliminarían a los pilotos, que causaban estragos en la flota británica, como el hundimiento del destructor "Sheffield".
Sin embargo, un helicóptero Sea King con tres tripulantes y nueve hombres del SAS que despegó del portaaviones "Invencible" para vigilar la base de Río Grande y guiar a los aviones encontró a la guarnición argentina en tal estado de alerta que se prefirió abortar la misión. Luego se retiraron volando hacia Punta Arenas, donde destruyeron el helicóptero.
La tripulación del helicóptero fue "blanqueada" por Chile diciendo que se habían alejado de la flota en vuelo de reconocimiento y que "la falta de combustible" los decidió a aterrizar de emergencia "en territorio neutral". Los nueve miembros del SAS llegaron luego a Santiago, se los alojó en casas particulares y desde allí se los repatrió discretamente hacia Londres.
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La intempestiva revelación de Margaret Thatcher acerca de la ayuda que Chile brindó a Gran Bretaña durante la guerra del Atlántico Sur no hizo más que confirmar las fundadas sospechas que siempre tuvo parte de la opinión pública y los datos oficiosos que disponían los militares argentinos.
Sin embargo, nunca como lo hizo ahora Margaret Thatcher (una de las protagonistas clave en el transcurso de la guerra de 1982) se había reconocido explícitamente la colaboración que, según la ex primera ministra británica, le proporcionó a su país el gobierno del ex presidente Augusto Pinochet.
Esto llevó, incluso, a que en las últimas horas militares retirados chilenos tuviesen que justificar públicamente por qué su país colaboró entonces con el Reino Unido.
Para el general (R) Mario Benjamín Menéndez, ex gobernador de las islas durante la recuperación argentina, lo de Chile "fue un doble discurso" y una "actitud reprobable frente a una potencia colonialista que vino a rescatar por la fuerza un territorio que no le pertenece".
El militar admitió que siempre existió una generalizada desconfianza hacia los militares chilenos y reconoció que, con indignación, solían escuchar por las radios trasandinas los mensajes que los chilenos pasaban a los británicos en pleno desarrollo del combate.
Reconoció que, salvo los regimientos 8 y 25 y la Compañía de Ingenieros 9 con asiento en la Patagonia, el resto de las unidades con asiento en la frontera con el país trasandino no se movieron por desconfianza y que, por ello, fue necesario recurrir a soldados provenientes de climas templados.
Informes suministrados por la inteligencia militar dieron cuenta oportunamente de las sospechas que originaban las antenas satelitales que Chile instaló en Santiago, Punta Arenas, Peyehue y la isla de Pascua, así como una cadena de radares que suministraban información sobre las salidas operativas de los cazabombarderos argentinos.
Unos días antes del conflicto en el Atlántico Sur, los servicios de informaciones de las Fuerzas Armadas descubrieron de qué manera se entrelazaban los caminos del espionaje chileno-británico (como se informa en el mapa adjunto).
Siempre vigilados
Las empresas turísticas Exodus Expedition y Encounter Overland habrían formado parte de esa integración, puesto que incrementaron notoriamente el ingreso de ciudadanos británicos en la Argentina.
Desde Puerto Iguazú, entraron en el país varios contingentes de turistas bien dotados de equipos fotográficos y radiofónicos de avanzada tecnología.
Verificaron que en la provincia de Salta, durante 12 horas diarias, funcionaba una emisora radial clandestina en idioma inglés.
Simultáneamente se registró el ingreso en el país de un desusado número de militares cordilleranos.
Durante la realización de las maniobras británicas Fire Focus, en las islas Malvinas, se realizaron numerosas reuniones secretas, en propiedades cuyos dueños eran de origen británico, en Tandil, en la provincia de Buenos Aires, y en la provincia de Santa Cruz.
El informe militar señala también que, en aquella época, se intensificó notablemente el pasaje de embarcaciones deportivas británicas por Punta Arenas hacia aguas argentinas.
Asimismo, se detectaron frecuentes comunicaciones entre la estación de radio de la guarnición Punta Arenas y las islas Malvinas.
La inteligencia militar argentina también comprobó que cuatro aviones bombarderos Camberra utilizaron un aeropuerto de Belice, país centroamericano, para ser camuflados con insignias chilenas.
Estos aviones operaron en la zona, aparentemente, realizando vuelos de observación sobre el movimiento de la flota argentina en el Atlántico Sur.
La Armada siempre tuvo las sospechas de que cada una de las salidas de sus buques de Puerto Belgrano era controlada de cerca por espionaje chileno, cuya información se sumaba a la de los satélites norteamericanos.
Un hecho inocultable
Pese a todas las sospechas e indicios de colaboracionismo, el único hecho concreto que los chilenos no pudieron esconder, pese a los intensos esfuerzos que hicieron en ese sentido, fue la caída de un helicóptero Sea King.
La aeronave, que pertenecía a la corona británica, cayó a 18 kilómetros al sur de Punta Arenas, en la zona de Aguas Frescas, donde fueron encontrados los restos totalmente calcinados de la aeronave.
El episodio, nunca debidamente aclarado, se produjo el 19 de mayo de 1982, en pleno desarrollo del conflicto bélico.
Sus tripulantes no aparecieron jamás. Tampoco dejaron rastro alguno. Según se dijo entonces, el helicóptero estaba tripulado por comandos ingleses que tenían como misión destruir los aviones Super Etendard de la Armada argentina, cuya base estaba ubicada en Puerto San Julián.
Francisco J. Papini
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EN EL SIGUIENTE MAPA MOSTRAMOS TODOS LOS PASOS FRONTERIZOS QUE HAY 

CON CHILE, SOLO HACEMOS UNA SOLA  PREGUNTA, EN ESE MOMENTO, SOLO SE CUIDARIAN LOS PASOS DEL SUR O TODOS LOS QUE HAY A LO LARGO DE LA CORDILLERA, MUCHOS FUERON DESPLEGADOS HACIA LA CORDILLERA, Y OTROS CON SOLO PERMANECER EN SECTORES ALEDAÑOS, MANTENIAN A RAYA A LOS SOLDADOS CHILENOS, SOLO ENVIABAN PATRULLAS PARA QUE AVISEN EN CASO DE MOVIMIENTO DE TROPAS CHILENAS, GRACIAS A DIOS PERU AL MOVER TROPAS EN EL NORTE DE CHILE Y AL SUR, HIZO QUE NO SIGUIERAN CON LA IDEA DE ATACAR, PERO ESO, COMO TODO LO QUE PASO, RECIEN LO PODEMOS AFIRMAR AHORA, Y NO EN ESE MOMENTO...


Peru en la Guerra de las

Malvinas

Ciento cuarenta y nueve años de dominio colonial estaban por afrontar su más dura prueba; tras semanas de preparacion, la Armada Argentina ocupó las islas Malvinas, que consideraba suyas por derecho y que además colocaría a las republicas americanas en una prueba de fuego.

1833, aprovechando las crisis post-independistas en Latinoamerica, Inglaterra da un golpe de fuerza y ocupa las Islas Malvinas, de propiedad argentina y desde entonces hace oidos sordos a cualquier reclamo de recuperación de éstas.
1982, Argentina se cansa de reclamar "por las buenas", invade militarmente el archipielago e invoca la aplicación del TIAR al ser atacada por Inglaterra.

E.E.U.U. fue el primer estado en darle la espalda a Argentina en su propósito de recuperar las islas, debido mas que todo era que en esa época (Guerra Fría) le era mucho más importante contar con la amistad inglesa y además, en este caso, era la Argentina la nación agresora. Por el contrario el Perú, gobernado por Fernando Belaúnde, decidio apoyarla en su designio de recuperar sus islas, inmediatamente rotas las hostilidades la embajada peruana en Londres acogió a los diplomaticos argentinos y representó sus intereses (al igual que la embajada norteamericana en Buenos Aires, que acogio a los diplomaticos ingleses).

Diversas negociaciones, incentivadas por el Perú, se ofrecieron para lograr una paz que permitiera un mejor manejo de ese asunto colonial, incluso se estuvo cerca de llegar al alto al fuego, como lo expresa el entonces canciller peruano Arias Stella: "Después de intensas negociaciones junto con Estados Unidos, el presidente Belaúnde habló con Galtieri, su par argentino, quien aceptó el documento por el que se ponía fin al conflicto. Cuando todo indicaba que las negociaciones darían resultados y en Torre Tagle nos preparábamos para un anuncio oficial, el presidente Belaunde me informó que el crucero argentino General Belgrano acababa de ser hundido. No había nada que hacer y Belaunde le expresó su solidaridad a Galtieri". Efectivamente, sobre el mediodía del 2 de mayo, y pese a que había una propuesta de paz del Perú a mano sobre la mesa, el gobierno de Margaret Thatcher autorizó el hundimiento del ARA General Belgrano con sus 1.093 tripulantes, conscriptos de las Islas Malvinas de regreso a la Argentina y que navegaba fuera del área de exclusión decretada unilateralmente por el Reino Unido. 323 marinos argentinos perdieron la vida.

Asimismo Chile, viendosé amenazado en caso de que Argentina resulte vencedora, colaboró también con Inglaterra proporcionando información aeronaútica vital para sus intereses, Chile apoyó secretamente a los ingleses e hizo todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra. Aviones británicos con insignias chilenas sobrevolaban la Patagonia chilena y usaban bases chilenas como centros de operaciones. Además un gran número de soldados chilenos se trasladaron al sur de Chile, alarmando a Argentina y provocando que tropas argentinas se trasladaran a esa zona.

Con la frase "El Perú está listo para apoyar a la Argentina con todos los recursos que necesite", el presidente Belaúnde declaró su apoyo a ese país. Esto incluía aviones y pilotos de la Fuerza Aérea, barcos de la Marina de Guerra y médicos de la Policía Nacional del Perú. Además Perú movilizó su flota naval al sur, frontera que comparte con Chile, con el propósito de neutralizar el movimiento militar chileno en la Patagonia. Las fuerzas armadas peruanas estaban listas para entrar en acción apoyando a Argentina si Chile tomaba parte del conflicto. Esto pudo llegar a ocurrir de haberse concretado la operacion Mikado, la cual consistia fundamentalmente en destruir en tierra a los aviones argentinos y a sus peligrosisimos Exocet (muchos de los cuales habian sido enviados a Argentina via Perú), Reagan (presidente de USA) había advertido a Thatcher que una operación así en territorio continental argentino podía involucrar en la guerra a otros países del TIAR, como Perú y Venezuela, pero evidentemente el gobierno británico optó por ignorar esta consideración y las objeciones de sus propias unidades de comandos, finalmente la operacion Mikado terminó abortandose al ser detectados por radares argentinos y tuvieron q tomar tierra en Chile, hecho que demostró definitivamente la cooperacion anglo-chilena.

Perú fue uno de los pocos aliados de Argentina que lo apoyó abiertamente durante el conflicto. Lamentablemente posteriores dirigentes de la república Argentina se olvidarían de honrar esa deuda y se preocuparían de vender y entregar armas a Ecuador, en momentos en los cuales el Perú se dedicaba a defender su Amazonía de la amenaza del vecino del norte.
http://arqueohistoria.blogspot.com/2007/10/peru-en-la-guerra-de-las-malvinas.html
ESTO FUE LA DEFENSA DE LA SOBERANIA  QUE SE HIZO EN TODO EL PAIS !!!
FUENTE: Daniel  R. García....muchas gracias Daniel por tu comentario...