lunes, 10 de mayo de 2010

OTRO ESCANDALO SACUDE A LAS FUERZAS ARMADAS

 En el Ejército se compraban propiedades con fondos reservados y se las vendía en secreto
 Por Fernando Oz

















Al coronel le habían vendido el predio donde se encontraba su unidad, y no lo sabía. El suboficial que estaba a su lado se quedó perplejo cuando el comprador le explicaba al coronel que esa propiedad ya no pertenecía al Ejército y que los militares que estaban bajo su mando se tenían que ir. “Pero a mí nadie me dijo nada”, repetía con asombro el oficial que estaba a cargo del edificio que fue entregado de una manera tan oscura como la forma en la que se adquirió. En la disputada propiedad estaba instalada la Agrupación Apoyo Inteligencia, y el nombre del confundido coronel que la comandaba es Julio Eduardo Arroyo Arzubi. Una vez que terminó la discusión con el nuevo e inesperado propietario, el oficial se puso a redactar un parte de inteligencia. Habían pasado 30 minutos de las 11 de la mañana del 22 de noviembre de 2007. El destinatario del mensaje calificado como “reservado” era el jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército, en aquel momento el general Osvaldo César Montero. Dos años y medio después de aquel parte de inteligencia, en el Ministerio de Defensa se siguen preguntando adónde fue a parar el dinero de esa venta y creen que hay una millonaria estafa con la venta de inmuebles. La cartera que dirige Nilda Garré no tiene ni la menor idea de todas las propiedades del Ejército. Y a raíz de este escándalo se ordenó rastrear y blanquear cada metro cuadrado que pertenezca a las Fuerzas Armadas. Las instalaciones donde anidaba esa agrupación de espías estaba en el barrio porteño de Villa Luro, en la calle Basualdo 482. Por aquella dirección habían pasado para tomar clases los PCI (Personal Civil de Inteligencia) que luego salían a señalar gente durante los años de plomo. Una alta fuente con oficinas en el Edificio Libertador explicó a PERFIL lo complicado que es determinar lo que la ministra Garré busca saber: “Es probable que esa propiedad se la haya comprado, al igual que otras, con los fondos reservados que se usaban para hacer inteligencia. No sabemos cuántos inmuebles se compraron y mucho menos cuántos fueron vendidos de manera secreta”. También dijo que las únicas personas que podrían tener conocimiento sobre esas propiedades “son el jefe del Ejercito y el jefe del área de Inteligencia”. El denunciado teniente general Roberto Bendini era el jefe del Ejército cuando el edificio de la calle Basualdo fue vendido. “No recuerdo nada de esa propiedad. Por lo general se eleva al Ministerio de Defensa un listado de bienes disponibles un año antes de que se produzca la venta. Todo pasa por un tribunal de tasaciones y por la Escribanía General de la Nación”, argumentó Bendini durante un diálogo telefónico con PERFIL. La propiedad fue vendida a Panamerican Building Company, una extraña firma panameña inscripta en la Argentina cuatro días después de la compra del edificio del Ejército. Fuente diario Perfil en su edicion del 10/05/2010