lunes, 2 de mayo de 2011

A 29 AÑOS DEL PENOSO SUCESO 


INSERTO

 EN LA HISTORIA DE LA GUERRA


 POR 

LAS ISLAS MALVINAS



Erigieron monolito por las víctimas del helicóptero militar 

siniestrado en Caleta


Tres oficiales, dos suboficiales y cinco soldados conscriptos del Ejército que murieron el 30 de abril de 1982 cuando el helicóptero que lo transportaba se precipitó en una restinga ubicada inmediatamente al sur de Caleta Olivia, ya tienen su monolito. Es apenas un trozo de concreto con una placa metálica en la que figuran sus nombres en alto relieve, pero el mismo implica un enorme significado en la historia de la Guerra de Malvinas.

Eduardo Zabala, quien arribó desde Buenos Aires para rendir homenaje a sus compañeros, pidió que la tragedia acontecida al sur de Caleta Olivia no quede en el olvido.
Caleta Olivia (agencia)

Tuvieron que pasar 29 años para que el grupo de militares que perdiera la vida cuando realizaba operaciones de vigilancia en esta parte de la costa atlántica patagónica, pudiera recibir un justo tributo en el sitio donde se inmolaron.

En años anteriores, solo hubo breves ceremonias con el despliegue de la Bandera Nacional, la entonación del Himno Nacional, flores que se arrojaban al mar y lágrimas de los camaradas de la entonces Compañía 185 que tuvo su asiento en el Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia.

Sin embargo, luego de esos solitarios homenajes, el lugar de la playa donde se produjo la tragedia, a unos mil metros al sur del puerto Caleta Paula, solo era reconocido por algunos caletenses, sobre todo los que tuvieron la ingrata tarea de colaborar en el rescate de los cuerpos de las diez víctimas.

Pero fueron precisamente los ex soldados conscriptos integrantes de esa subunidad de Ejército --en su mayoría radicados ahora en Buenos Aires--, los que mantuvieron vivo el recuerdo de sus camaradas caídos en una operación militar y gestaron la colocación de un monolito. Ellos forman parte de miles de ex soldados que estuvieron bajo bandera y que no fueron a Malvinas porque se les asignó misiones en el continente. Por ello reclaman un reconocimiento a la misión que desempañaron.

MADRUGADA FATIDICA

De aquella tragedia, debe señalarse que dos helicópteros U-H con tropa de combate habían partido en la madrugada del 30 de abril con el objetivo de verificar la posible presencia de comandos ingleses que pudieran haber llegado a la costa norte de Santa Cruz a bordo de un submarino.

Las aeronaves que despegaron desde el Liceo Militar, en una de las cuales iba incluso el director de ese instituto (el coronel Arévalo), hicieron una breve escala en Caleta Olivia, aterrizando en un predio de la costanera. Allí descendieron algunos soldados y suboficiales que se unieron a otros efectivos para continuar el patrullaje por tierra.

Los helicópteros siguieron su derrotero, uno sobrevolando la ruta 3 y el restante la costa. De improviso, éste último se precipitó en una zona de restinga semicubierta por las olas. Desde el otro aparato algunos creyeron ver una explosión en el aire, como si hubiera sido alcanzado por un misil de fuerzas enemigas, pero también se dijo que la tragedia pudo haberse originado al detonar una granada o porque se disparó un fusil en forma accidental y alcanzó piezas vitales del rotor. Nunca se supo si existió un peritaje del suceso y todo quedará en hipótesis.

LAS VICTIMAS

Lo cierto es que este hecho costó la vida del coronel Miguel Arévalo; de los tenientes Marcos Fassio y Roberto Sosa; del sargento Pedro Campos; del cabo Néstor Barros y de los soldados conscriptos (clase 62 y 63) Marcelo Cini, Fernando Sieyra, Daniel Palavecino, Jesús Marcial y Oscar Millapi, estos dos últimos oriundos de Comodoro Rivadavia.

Curiosamente, salvo en uno de aquellos célebres comunicados del “Estado Mayor Conjunto” que se referían a los sucesos del conflicto por Malvinas, el Ejército mantuvo virtualmente oculto este penoso episodio, incluso ahora mismo, ya que ningún oficial de alta graduación estuvo presente en el acto del sábado.

Sólo se observó a un suboficial principal en actividad, Daniel Mora, pero su presencia no fue circunstancial ya que perteneció a la Compañía 185 y recién había graduado como cabo en la Escuela de Suboficiales. Tenía 18 años, al igual que un grupo de soldados que esta su mando en el Liceo, donde cumplió su primer destino.

Además, Mora era uno de los ocupantes del helicóptero siniestrado, pero junto a otros cuatro hombres que habían ascendido en Comodoro, recibió la orden de descender en Caleta y continuar el patrullaje por tierra. Luego se enteró de que la aeronave en la que había ocupado había caído en la costa y a él también le cupo la dolorosa misión de sumarse al rescate de los cuerpos prácticamente desintegrados, un hecho que jamás olvidará en su vida, sobre todo pensando que él pudo haber sido una de las víctimas fatales.

“QUE SE SEPA”

“Yo quiero que la gente sepa que nuestros compañeros dieron la vida protegiendo a Caleta y al país”. Esa fue la expresión del único orador del acto junto al mar, en el ventoso mediodía del sábado, tratándose del ex soldado, Eduardo Zabala.

“Quiero que sepan que a pesar que nosotros vivimos lejos de aquí (en Buenos Aires), sufrimos allá y ahora lo hacemos en este lugar, por eso quiero pedir a quienes hoy están presentes, que le comuniquen a toda la gente de Caleta lo que sucedió en este lugar, porque nuestros compañeros se lo merecen”, expresó.

“Es necesario que esta historia se sepa --exigió-- porque el Ejército la ocultó en el 82 y la sigue ocultando ahora, a pesar que tiene toda la información que nosotros conseguimos. Y aún así siguen negando todo”.

Finamente reiteró que el pueblo de Caleta Olivia debe saber que aquí hubo “verdaderos héroes que estuvieron defendiendo la patria continental con sus vidas” y por ello instó a que este hecho se haga público y se enseñe en las escuelas.FUENTE: PATAGONICO.NET